Incómodamente Cómoda

¿Qué quiero decir con eso? Para aquellos que son corredores o trabajaron duro para lograr un objetivo específico, ¿alguna vez han tenido ese subidón después de meses de entrenamiento en el que temen y se preguntan por qué se metieron en esto voluntariamente, contando los días hasta que lo consiguieron? Luego, alcanzas tu meta, abrazas y saboreas el subidón del logro solo para que desaparezca mucho antes de lo que esperabas o incluso para lo que te entrenaste. Poco después, te encuentras anhelando los días de las suelas musculares y el calendario repleto de entrenamiento.

Bueno, recuperarme y vivir con un diagnóstico de cáncer ha sido así para mí. Con eso, no quiero decir que extraño las espantosas sesiones de quimioterapia y el sabor y el olor de los químicos que salían de mi cuerpo, pero después de casi dos años de tener un equipo médico que me digieran qué hacer, comer, tomar, cuándo dónde y cómo, debo admitir que extraño el sentido de estructurar la red de seguridad de tener un camino claro a seguir.

Conozco a tantos supervivientes increíbles, prósperos y sobrevivientes que fueron/son tan elegantes durante su tratamiento: abrazando su cabeza esférica, sin cejas, sin senos reales, animados al no tener vello corporal (bueno, eso me hizo feliz jajaja) pero déjame decirte que yo no era una de ellas. Odiaba la forma en que me veía, la forma en que me sentía, la forma en que veía que mi cuerpo se debilitaba incluso cuando nunca dejé de correr durante los meses de quimioterapia y radiación. Les preguntaba constantemente a mis amigos y familiares, "¿me voy a morir?" solo para escuchar su optimismo y confirmación de que sabían algo que yo no. Que superaría esto.

Una vez que tuve mi ultima quimioterapia más frente a mí, comencé a creer lo que decían mis amigos y familiares, viviría para contar esta historia, lo cual es una gran victoria para mí PERO no olvidemos que también pasé seis meses sin saber si estaría aquí para ver el próximo verano que ahora me doy cuenta de que me ha traumatizado e igualmente humanizado todo y a todos con los que me relaciono.

Si me has estado siguiendo, sabes que me diagnosticaron en septiembre de 2020. Desde entonces, he pasado por tratamientos de fertilidad, escaneos, MRIs, seis meses de quimioterapia, una lumpectomía, 16 rondas de radiación, más de un año de inmunoterapia y estaré en medicamentos hormonales durante los próximos 5 a 10 años.

Ahora estoy "fuera", como algunos pueden decir, pero el diagnóstico te cambia de diferentes maneras. Ya no eres el viejo tú, eres una versión evolucionada de ti mismo. Con algunas cicatrices y moretones adicionales, una piel más dura y una forma más simplista de ver el mundo.

Entonces, ¿qué se debe hacer con todo lo que ahora se sabe? ¿Ponerlo en el fondo de tu mente? Mi favorito dicho por la gente "¿no dejes que te defina?" bueno, déjame reventar esa burbuja, no es tan fácil. Eso no quiere decir que no puedas hacer cosas asombrosas con eso, al contrario, has alcanzado un nivel de conciencia que puede ayudarte no solo a ti y a tu camino a seguir, sino también a aquellos que están o han comenzado un camino similar.

Ahora entiendo que la muerte nos llegará a todos, a algunos más rápido que a otros lamentablemente. Solo tenemos el hoy y hay una razón por la cual el camino por el que caminamos fue cuidadosamente diseñado para nosotros y para el impacto que tendremos mientras honremos esta tierra.

Eso significa que las cosas son realmente así de simples. Disfrutar cada segundo de la vida, ES el regalo más importante que el mundo nos puede dar. Abrazar cada amistad y relación y ser intolerante con cualquier cosa que no traiga alegría, luz y energía positiva.

Si bien tengo la suerte de estar en remisión, se desconoce lo que me espera, y si mis queridos seguidores de MB pueden reírse y superar las probabilidades todos los días, lo menos que puedo hacer es liderar con el mismo espíritu.

Unirme a la comunidad de BC ha sido una verdadera bendición, he conocido a mujeres maravillosas, sobrevivientes, prósperas que serán amigas de por vida. Soy muy afortunada por esas conexiones que nunca habrían sucedido si nunca hubiera tenido esa llamada inesperada el 11 de septiembre de 2020. Ahora tengo hermanas en todo el país que me entienden de una manera diferente. Quienes me inspiran y me levantan en los días en que necesito la comodidad adicional.

Esto es para ellas y para el arte de estar incómodamente cómodos con lo desconocido. Gracias a una amiguita especial de Chicago que me inspiró a escribir este blog después de la pérdida de mi mejor amigo, un cachorro de 17 años y mejor amigo. Estoy agradecida por hoy.